lunes, 14 de julio de 2008

DESDE LA OLIVA A VALLE GRAN REY: EJEMPLOS DE LA NUEVA FORMA DE HACER POLÍTICA DEL PSOE EN CANARIAS

A golpe de mociones y a la captura del tránsfuga ¿Son nuevas o es un regreso a las peores formas? El tiempo pone las cosas en su sitio y hay que empezar a llamar a las cosas por su nombre. Pero sobre todo, los políticos y los partidos no debemos enfrascarnos en debates estériles sobre nosotros. Hay que buscar soluciones a los problemas de los ciudadanos y a los problemas de Canarias.

Bajo una careta de progresismo llegó Juan Fernando López Aguilar a las islas, prometía grandes conquistas a sus jefes de Madrid, arcas llenas de votos para él y para Zapatero, ayuntamientos, cabildos y hasta un Gobierno Autónomo conquistado a los bárbaros e infieles nacionalistas. En esa tarea no se escatimaron recursos, no importaba el contenido ni los medios, lo que importaba es el poder en sí mismo.

Pero a los ciudadanos se les dice otra cosa, se les intenta convencer de otra manera. Para provocar cambios hay que llenar de ilusión a la gente, crispar primero la vida pública y política, envilecer la imagen pública de todos los demás partidos y políticos, buscar apoyo mediático para que esta estrategia tenga eco y después aparecer prometiendo una profunda limpieza en una nueva era, hablando de regeneración y calidad democrática.

Los primeros pasos se dieron dividiendo a su propio partido, presentando a los ciudadanos de Canarias un programa electoral copiado de otra fuerza política y de otra Comunidad Autónoma, creído de que nadie se iba a enterar. Pero es que no es fácil darle contenido a lo que no lo tiene. O dicho de otra forma sacar de donde no hay. Tras las promesas aparece la verdadera cara de López Aguilar que ha terminado siendo el socio del Marqués de La Oliva.

La estrategia del Partido Socialista es una maniobra de distracción por la carencia de un planteamiento razonable. Lo estamos viendo en España y en Canarias. En la legislatura pasada el PSOE ha llevado a España al borde del abismo. Y no precisamente por los argumentos esgrimidos por el PP, sino por la falta de un compromiso progresista de lucha contra las desigualdades.

En política autonómica el PSOE ha roto la equidad de los territorios favoreciendo a los que son de su mismo color político. Todavía recuerdo la reciente imagen en Moncloa donde el presidente Zapatero se reunió solo con los presidentes autonómicos del PSOE para hablar de financiación. Y, después, pide consenso.

El PSOE ha olvidado una premisa fundamental: el partido es una cosa y las responsabilidades de Estado ante todos los ciudadanos, son otra, y esto no es sólo una cuestión de estética sino de ética.

En política económica hemos visto negar la existencia de una crisis y no preparar las reformas necesarias que nos hubieran permitido estar en mejores condiciones para afrontarla. Lo cierto es que en la España de hoy, en la España de la nueva era socialista, los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

Y en Canarias ¿qué está haciendo el PSOE? Ni una propuesta, ni una idea. Para buscar una sola iniciativa tenemos que remitirnos a sus críticas a las acciones del Gobierno. Cuando hay que discutir de una nueva financiación, el PSOE en Canarias reclama mejoras para otros, pero no para Canarias. Cuando se trata de competencias en temas de vital importancia para Canarias, nuestro mar, nuestros aeropuertos, para otros sí para Canarias no. Cuando el nuevo Ministro de Inmigración reconoce que el problema de los menores inmigrantes es un problema del Estado, el PSOE de Canarias le recrimina que sea responsable y mantenga buenas relaciones con el Gobierno de Canarias. Les ciega el interés partidista, y se olvidan de los niños y de los intereses de esta tierra y de los que vivimos en ella.

El cambio prometido por López Aguilar era una gran mentira. Marqueses y trásfugas son los socios con los que quiere cambiar Canarias a golpe de mociones de censura y desestabilizando las instituciones.

Recientemente hemos asistido al espectáculo del PSOE devolviéndole el poder en La Oliva a Don Domingo González Arroyo, el mismo que ya ostentó la Alcaldía durante 24 años. Esa es la renovación prometida por el PSOE. Leí en un medio de comunicación que volvía el miedo a las represalias de los vecinos, ¿qué dirá el PSOE a los ciudadanos de La Oliva, sobre las formas transparentes de hacer política, aupando con los votos de otros a una alcaldesa socialista que representa la vuelta atrás en la oscura forma de hacer política en esta tierra? Estoy segura que la nueva Alcaldesa también sucumbirá a las ‘buenas formas’ de don Domingo. Todavía recuerdo la frase del socialista Juan Fernando López Aguilar sobre el ex Alcalde, regidor de un feudo que costó sudor y lágrimas arrebatarle después de 24 años en el poder –«el marqués de las Dunas, la quintaesencia de la corrupción»–, que ahora no ha dudado en respaldar.

Y cuando aún no nos habíamos recuperado del triste episodio vivido en La Oliva, el Partido Socialista nos vuelve a dar un nuevo espectáculo democrático en Valle Gran Rey, apoyándose en un tránsfuga, saltándose el Pacto Antitransfuguismo firmado por las principales fuerzas políticas hace 10 años.

Así es como no se debe hacer política en Canarias, no podemos permitir que vuelvan los tiempos pasados. Algo hemos de hacer desde los partidos políticos, los que seguimos pensando que el sentido común es el mejor de los sentidos y que el sentido último de los partidos es preocuparse de resolver los problemas de los ciudadanos.

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